jueves, 22 de abril de 2010

La Leyenda de Sant Jordi

Mañana es uno de mis días favoritos del año: LA DIADA DE SANT JORDI... me encanta estar en Barcelona y pasear por las calles y ver puestos de rosas y libros allá donde miro, me gustan las actividades que hay en toda Cataluña (Castellers y Correfocs) y el ambientazo festivo que se vive ese día (aunque no se trate de un día festivo).

Sin pretenderlo, acabo de entrar en unas páginas y comienzo a leer sandeces sobre "el día internacional del libro" y "el día no oficial de los enamorados para los catalanes". Los que me conocéis bien, sabéis cómo me encabronan las gilipolleces y la ignorancia de la gente que se cree erudita y habla sin saber... Primero de todo: SANT JORDI es el san valentín catalán y mucho más que eso, les guste o no y nos lo quieran reconocer o no. La tradición de regalar libros está en Cataluña mucho antes de que la UNESCO declarase el 23 de Abril como "Día internacional del libro", en 1995.

Para los que no sepan o desconozcan el origen de la tradición de "el día del libro" (y la rosa), ahí les va:

"Cuenta la leyenda que la villa de Montblanc vivía aterrorizada por un gran dragón que asustaba a todos y causaba daños entre la población y los animales. Para tranquilizarlo, los habitantes de Montblanc acordaron dar al dragón una persona en sacrificio y para ello, todos los días se realizaba un sorteo en el que salía elegida la persona que debía ser entregada al dragón.

Uno de esos días, la mala suerte le tocó a la hija del rey; era joven y bella, muy admirada por los habitantes del pueblo, en especial por su padre quien se resistía a entregarla en sacrificio. Al ver el sufrimiento del rey, muchos ciudadanos se ofrecieron para reemplazar a la princesa, pero el rey se negaba a que otros tuvieran que pagar por la suerte de su hija: era consciente de que su hija formaba parte del pueblo y por tanto, debía seguir las normas que hasta el momento se habían pactado.

La princesa abandonó la ciudad, caminando sin prisa en dirección hacia el gran dragón. Se detenía algunos instantes en lejanía para mirar su pueblo con gran tristeza y resignación, cuando de pronto y sin esperarlo, apareció un joven caballero con armadura montado sobre un caballo blanco. Al verlo, la princesa le informó de los peligros que podía sufrir estando en ese lugar, pero el caballero se negó a abandonarla y le dijo que él estaba allí para salvarla a ella y a todos los habitantes del pueblo.

Este caballero llamado Sant Jordi, se enfrentó al dragón tan pronto este apareció. Libraron una gran batalla hasta que el caballero le incrustó una gran lanza al dragón. De la sangre que derramó el dragón nació un hermoso rosal que Sant Jordi entregó a la princesa después de haber ganado la batalla".

Así nació la tradición de cada 23 de Abril; a ellas se les regala una rosa y a ellos, un libro por alusión a la leyenda popular; Gracias a la insistencia de Antoni de Bofarull y otros, resucitaron los juegos florales en Cataluña en el año 1859. Fue a partir de entonces cuando empezaron a aparecer nuevos autores e ideólogos y aumentó el número de publicaciones periódicas, ideológicas y políticas. Se discutieron objetivos generales del movimiento y se incorporó al realismo como opción de modernidad, ampliándose la dimensión social y política de los partícipes de la "Renaixença" con la intervención de sectores de la sociedad, principalmente de la alta sociedad.

Después de haber sido interrumpidos los Juegos Florales por la guerra civil, han vuelto a resurgir a partir de 1978. La finalidad de estos certámenes poéticos anuales era básicamente estimular a la gente joven para el cultivo de la literatura y la lengua catalanas. Desde estos tiempos, se viene celebrando esta tradición y actualmente es, quizá, una de las más importantes de Cataluña, hasta el punto de haberse extendido a otras lenguas como el inglés y el castellano.

En 1996 esta tradición catalana se hizo internacional, dando un paso más para la unificación de los pueblos en el mundo entero, hasta el punto de que la mítica rosa se regalaba en Estados Unidos, Japón, Francia y otros países, cuando se compraba un libro. El 23 de abril no es sólo famoso por la leyenda de Sant Jordi, sino que también se conmemora la muerte de algunos grandes escritores: CERVANTES y SHAKESPEARE, llegando a ser un símbolo importante de reconocimiento en sus respectivos países.