jueves, 11 de agosto de 2011

Loving Annabelle

Esta última semana rescaté de mi archivador de películas, una en particular que en su momento me llegó a gustar bastante; Loving Annabelle. No sé porqué me dio por ahí tras cinco años (dicha peli es de 2006), sólo sé que leí el título y pensé “¿y por qué no la veo otra vez?”.

Os pondré en situación: La película da comienzo con la inminente llegada de Annabelle al estricto instituto-internado católico de Santa Teresa. Resulta ser que la chica es un poco pieza y su madre, una senadora de los Estados Unidos, está muy ocupada como para evitar que su hija protagonice escándalos y se meta en líos. Pero Annabelle, a diferencia de lo que nos puede hacer pensar los primeros cinco segundos, es bastante madura y asertiva para su edad (no la típica niñata con ganas de hacerse notar). Aún así, es inevitable que comience a llamar la atención de compañeras y profesoras, ya no sólo por su carácter rebelde, también por sus piercings, sus símbolos budistas, por fumar y su inclinación por hablar de sexo en las clases de poesía de la joven profesora Simone Bradley. Ésta, recibe el encargo de la directora, la Madre Superiora (tía de la señorita Bradley), de vigilar a la muchacha -jajaja me encanta- para evitar que sea una mala influencia para las demás alumnas (y el efecto que va a surgir de dicha vigilancia va a ser más qué curioso e interesante).


Pero la pobre Simone, cómo no, va a tener problemas para controlarla -jajajaja- ya que no tarda demasiado en surgir una poderosa e intensa atracción entre ellas (seducción que la maestra trata de rechazar y negarse, y que la alumna no deja de perseguir y alimentar). Annabelle ha despertado “aquello” que Simone aprendió a refrenar en alguna época pasada, teniendo que decidir si escucha a su corazón poniendo en riesgo todo por lo que ha luchado profesionalmente, o esquiva a Annabelle definitivamente aún teniendo sentimientos y deseo por ella.

Pero la adolescente no cesa en su intento y la va conquistando con persistencia, y Simone comienza a verse seducida y descolocada ante su alumna que le coquetea insistentemente, sin reparos ni remordimientos (le envía flores, invade su espacio para hablar con ella, se interesa por su vida personal y hasta compone alguna canción que posteriormente le cantará). Y vemos ciertamente como la maestra, mediante el rechazo trata de alejarla o esquivarla, y a duras penas consigue resistir estoicamente los “asaltos sensuales” con su alumna… e incluso contra sus propios deseos.


Tras un fin de semana en que la mayoría de alumnos regresan a casa, Annabelle y unas pocas alumnas más, se quedan en el Santa Teresa. Y tras una charla que mantienen Simone y Annabelle en el césped, la alumna le propone irse de allí, a lo que Simone tras tener sus dudas, accede. Y se van juntas a pasar un día a la costa, donde la profesora tiene una casa a pie de playa, y donde acaba fotografiando a Annabelle mientras se sonríen y se miran (vamos, el tonteo de toda la vida). Y  allí, sentadas sobre la arena y tras ser preguntada, es cuando Simone le confiesa a su alumna que en el pasado había estado enamorada y había mantenido una relación con Amanda, una antigua compañera de instituto. Ya en la casa, Annabelle encuentra y lee una nota que Amanda dejó escrita a Simone, y ésta la pilla leyéndola. La profe primero se enfada, pero luego se desmorona en los brazos de la adolescente que no deja de decirle que ella no la va a dejar marchar.


Tras ese incidente, y de vuelta al instituto, Simone no le dirige palabra a Annabelle durante dos semanas. En un momento dado, una de las compañeras de habitación increpa a Annabelle (nombrando a Simone) y ambas se enzarzan en una pelea que llega a las manos. Las separa la profesora y va tras Annabelle preocupada por si ha recibido algún golpe y la alumna, apartándole la mano, le grita que no la toque (es cuando una empieza a temerse que Annabelle va a empezar a alejarse también de Simone). Pero no os preocupéis, porque llega la noche del baile -como es costumbre en los institutos estadounidenses- y Annabelle toca y canta una canción destinada a Simone, que tras sentirse abrumada o agobiada, sale a la entrada a tomar el aire. Es cuando Annabelle va tras ella. Simone se dispone a irse, cuando Annabelle la toma de la mano y finalmente –¡¡sí, por fin!!- se besan. Por fin hacen las paces, ¿no? jajajajaja… tanto es así, que ambas se rinden ante la pasión, la intensidad y la fuerza de lo que ambas sienten y acaban en la habitación de Simone, besándose y quitándose la ropa… y ocurre finalmente lo que tiene que ocurrir; ¡filetazo!.

Lamentablemente les dura poco el banquete, pues esa misma mañana son descubiertas por la puñetera madre superiora y la maestra es arrestada. Es entonces cuando Annabelle regresa llorando a la habitación, observando la cama donde había estado haciendo el amor con Simone la noche anterior, pero sonríe al ver sobre el escritorio las fotos que le hizo en la playa, terminando así la película, sin una resolución definida. Hay un final alternativo en el que Annabelle va a buscarla a la casa de la playa y, en una parada en el camino, lee en un periódico que los cargos contra Simone habían sido retirados.


¿Qué queréis que os diga?: normas, colegio de monjas, ética, moral; ¿de qué me suena? Jajaja ¿Y qué tendrá que ver todo eso con el amor?. Yo lo hubiera tenido todo tan claro; si estuviera tan enamorada… ¡¡le hubieran dado por saco al colegio!!. Si enamorarse de tu profesora es un follón tremendo, enamorarse de tu alumna ya ni te cuento… ¡y aún debe ser doblemente complicado si llega a ser correspondido!. ¡Qué líos, madre mía!.


Y he aquí la reflexión de siempre, porque todo viene a parar al mismo sitio: ¿Por qué será que sólo las parejas hetero pueden ser felices o acabar bien en la pantalla?. Y de nuevo, ya no es que no se vea claramente si quedan juntas, es que directamente, la "torti mayor" va detenida por el FBI... gran comienzo de su relación y final para la película (pérdida de tiempo).