A veces, no creáis, me encantaría sentir que puedo permitirme el lujo de dejarme llevar, aunque fuese unos días... pero no lo considero prudente porque yo quiero navegar; yo sé ser consecuente de mis acciones, y no quiero ser víctima de mis pasiones o de mi pereza... pienso que ya habrá tiempo para extasiarse en algún momento o en los brazos de alguien al haber llegado a puerto. Lo primero, siempre es lo primero.
Me gusta elegir el rumbo hacia dónde conducir mi vida... a pesar de equivocarme muchas veces, yo hace mucho tiempo dejé de tener miedo a eso: tropezar es también, algo muy básico y muy necesario en el camino.
Estáis a bordo, no lo dudéis nunca; volveremos a navegar juntos porque me gusta muchísimo -nunca es demasiado- compartir mi vida con vosotros.