Hoy no tuve remordimiento alguno... A veces hay mártires que, aunque nadie les haya pedido redención y perdón, entregan su esencia y su ser por el resto y los demás vivimos ajenos a ello, o siendo tan cabrones como somos, queremos hacernos los que no nos hemos enterado (si es que los reproches posteriores son muy malos... yo, por ejemplo, no los llevo demasiado bien).
Total, que me desperté temprano y claro, tomé consciencia de lo que os he dicho antes porque hoy pequé (bueno, eso siempre que puedo -jajajaja- y lo mejor es que disfruto muchísimo haciéndolo, obvio). Pero hoy pequé comiendo otro tipo de cosa y no pude decir que no... ¡qué débil es la carne, por dios!.
Me comí un donut para desayunar, acompañando al café con leche. Donutcristo murió por culpa de mi ansia; después de tanto nadar, de tanto sacrificio y abstinencia de dulce durante largo tiempo... fui débil: no dejé nada para quien viniera detrás -como suelo hacer- y me lo comí todo entero y aún no puedo describiros lo delicioso que fue caer en la tentación... mmm. Supongo que los más despiertos -o los que sóis como yo- os hacéis una idea muy acertada jajajaja.
Me consta que el cometido de Donutcristo fue venir a este mundo a ser devorado -no creáis, como muchas otras jajaja- y abandonado a su suerte... siendo sincera, no me extraña en absoluto que su papá no le salvase de mis garras. Pero lo cierto es que yo jamás le pedí que viniera a morir a mi boca.
Uys, pero qué porno es todo esto, ¿no?... si es que hay quienes no tenemos ni remedio ni salvación por más que muriesen por nosotras mil mesías cada día ... a algunas, nos gusta ser así por más que la gente no "lo entienda"...
¡¡Qué siempre comáis mucho de lo que más os gusta!! Jajajajaja