Para mí, el Papa, los arzobispos, los obispos y casi toda la gentuza perteneciente a esa jerarquía no son más que lo que indica la foto: una manada de zombies. Durante muchísimos siglos, estos podridos no sólo se han alimentado del nombre y de la doctrina de Jesucristo, también se han nutrido de la fe y la ingenuidad -dígase también ignorancia- del pueblo para dominarlo, anularlo, abusar de él con su poder y dirigirlo hacia su propio beneficio. Muchísima vergüenza les debería dar hacer las cosas que hacen en nombre de Jesucristo, pero no tienen vergüenza alguna (van dando lecciones al resto de los mortales cuando son la mayor escoria de la historia del mundo, se creen mejores y superiores que los demás por llevar sotana y la mayoría no dudan en levantarse la falda cuando de abusar de algún niño se trata).
Si ellos hacen las barbaridades que hacen sin temer a Dios, ¿por qué deberíamos temerle nosotros?... es ilógico: es la prueba irrefutable de que Dios tal y como lo pintan ellos, no existe. Es por eso que la creencia en esta religión está muriendo... los verdaderos enemigos de la iglesia católica son ellos mismos (sus administradores). La gente ha abierto los ojos y se ha dado cuenta. Es la misma Iglesia con sus acciones miserables, quien cada día lleva a su mesías hacia la muerte y aprieta un poco más esos clavos... ya no hay excusa ni quien los crea.
Yo sólo digo que quien más y quien menos, casi todos hemos tenido una biblia en las manos y la Iglesia actual es precisamente lo antagónico a lo que Jesús de Nazaret tenía en mente. Eso por no faltar y decir que la biblia es un libro de historia fantástica más intenso que El Señor de los Anillos. Lo peor no es que se trate de un libro de novela fantástica de gusto pésimo, lo más patético es que nos lo quieran vender como realidad; obvio, es su negocio.
Pretenden que nos creamos que las mujeres somos una triste costilla -cuando la teoría de la evolución está más que contrastada- o que una mujer se quedó embarazada por arte del espíritu santo (lo increíble es que ella aceptara ser virgen de por vida. Es indignante, y encima a la noche del parto la llaman Nochebuena cuando en teoría, ¡no tuvo ni una!), que Cristo resucitó, puedo creerlo... ¡¡pero que se elevara hacia el cielo en levitación divina!! (os confieso que cuando he pillado un avión he buscado a Jesús, pero ni rastro). Lo más increíble: que diese su vida por mis pecados, para que fuesen perdonados... ¡¡pero si quedaban 1948 años para que yo naciese!! (¡¡Gracias!!: eso significa que yo ahora puedo "pecar" todo lo que me dé la gana, ¿cierto?).
Otra cosa igual: ¿por qué iba a ser pecado ser fruto del amor -o en su defecto, del sexo- entre un hombre y una mujer? ¿Por qué? ¿pedí, no siendo ni un bebé, venir al mundo? ¿qué culpabilidad tiene una criatura por el hecho de nacer? (en todo caso, ¿el folleteo no corre a cuenta de nuestros padres?). Es decir que por el mero hecho de nacer, todos somos culpables aún sin haber obrado y sin haber sido juzgados... ¿y ese atajo de pederastas, delincuentes y violadores qué son? ¿Acaso ese montón de mierda son inocentes o santos por llevar sotana? ¡No me jodáis!.
Estoy a favor de la libertad de pensamiento sin remordimiento, es decir, soy de la opinión de que toda persona tiene derecho a creer en lo que quiera o de ser agnóstico si así lo desea (y nadie tiene por qué venir a convencerle o imponerle nada). No estoy en contra de la fe, estoy en contra de quien hace uso de ella para utilizar a los demás; las religiones que se venden como "la verdadera"o "la única válida", tienen un punto flaco, y es que esa aptitud es el primer indicativo de falsedad: nadie tiene la verdad absoluta... ¡¡BASTA YA DE TANTA HIPOCRESÍA!!.
En confianza os cuento, que sí creo que existe algo superior, pero estoy convencida de que no es un viejo barbudo con túnica, ni un burlón que se ríe de nosotros y que jamás da la cara, que nos da una vida fugaz para tener motivos para castigarnos por nuestros errores cuando antes ha jugado a dejarnos a nuestro libre albedrío, no creo en un viejo que dijo hacernos a su imagen y semejanza, y siempre nos ha sometido a estar por debajo y a ser menos que él.
Yo creo en ese "Dios" al que veo, oigo, respiro y huelo cada día, al que está presente en lo que hago. Yo creo en todo tipo de vida que siento, que percibo y que me rodea... y en esa relación espiritual, no necesito ningún tipo de intermediario. Así de claro.
