
Partiendo de la idea de que todo el mundo tiene un mundo interior…
Después de las luchas internas y externas, y de buscar uno su camino, un buen día una se ve en su propio camino y a lo que cualquier persona pensaría que ya se acabó tanta consternación… NO; Por supuesto que te encuentras en tu camino, aceptando y afrontando tu vida, pero ves que vuelven a haber bifurcaciones... algunas te ponen en aprietos; nunca mejor dicho, entre la espada y la pared.
Lo que quiero decir es que cuando uno no encuentra su sitio o su lugar, puede marcharse y buscarlo. Pero una vez que lo encuentras, que sabes la vida que quieres llevar y decides andar ese camino, encuentras que comienza a desmembrarse, y escoger comienza a ser más difícil por más claras que tengas las cosas: sabes que deberías hacer esto pero no siempre el corazón te apoya. Más al contrario, te pone disyuntivas porque bien tú sabes que quieres aquello otro aunque debieras hacer lo otro anterior.
Además las elecciones en la vida, no siempre se basan en la contraposición de conceptos opuestos. Hay veces que se trata de elegir entre hacer una misma cosa a largo o corto plazo, a conseguir algo que te llena o tratarlo de conseguir hasta que te llene hasta la saciedad, etc… Y hay veces, que el corazón hasta quiere dos cosas distintas; eso sí que es un lío tremendo (porque ya no es DEBERÍA/QUIERO, eso es un rotundo QUIERO/QUIERO… ¡a ver como sales laureado de eso, porque vas a tener que dejar algo atrás!).
En fin, que la vida, la vida interior y el camino de uno, lo elige uno mismo… y dentro de eso, siempre habrá que volver a elegir. Sin duda, elegir bien es un arte que se va aprendiendo a medida que pasa el tiempo o conforme vas avanzando.
Vas a tener que acostumbrarte…