miércoles, 16 de febrero de 2011

Noche de Febrero

Jamás me hizo falta recurrir a un 14 de Febrero para expresar y compartir lo que siento. Esta vez no iba a ser diferente. Y es que sería una tontería porque siento tal cúmulo de sensaciones que aún hoy no sé definirlas, y meterlas todas en un TE QUIERO más que una osadía, sería una temeridad... porque es algo más que todo eso; Es sentir la calma con tu risa, que es balsámica en días hostiles con el mundo. O la alegría de cuando apareces y me saludas siquiera con un hola. O las carcajadas provocadas por tus ocurrencias de loca adorable, tu derroche de carácter cuando padeces esas subidas de tensión contra el mundo y no dejas títere con cabeza. O la ternura infinita cuando me recuerdas a mi persona en épocas pasadas. Y sobretodo, me encanta tu naturalidad cuando haces todo eso y más, me encanta sentirme a gusto contigo y que nos pasemos horas y horas hablando y siempre quede algo por decir y eso dé sentido a una nueva charla, aunque podamos llegar a quedarnos fugazmente en blanco a ratos. De hecho, me encuentro tan bien, que incluso me gustan nuestros silencios.

Cuando apareciste sin más, jamás pude imaginar lo importante que serías para mí, que me harías reactivarme, que el "conocerte" vendría a significar volver a tener nuevos horizontes o volver a mirar aquellos de los que había apartado la vista. Y, ¿sabes? siento una enorme gratitud hacia ti, porque me has brindado sin esfuerzo algo que casi nadie sabe ofrecerme, me has despertado de mi letargo (de una espera que se pintaba estéril y casi eterna)... gracias por despertarme el corazón, por encenderlo -aún sin saber cómo- cuando estaba a oscuras, por pintarlo siquiera de rosa -aunque no sea rojo- porque aún así, se comienza a borrar el gris y el invierno de dentro. Y yo no sé si llegará un verano para mí, pero disfruto de este regalo, de este principio de primavera de mi interior, de este renacer de tantísimas cosas.

Tú me dijiste hace unos días que no debían haber muchas cosas que yo pudiera hacer por primera vez, y sin embargo, ¡hay tantas!; un café compartido por la mañana al despertarme, un paseo de la mano por el parque, un viaje de vacaciones, una tarde de domingo cualquiera, un cine, un cumpleaños o una navidad con mi pareja (y esa es otra: una pareja, una compañera)... Y después, me doy cuenta que tú y yo, ya tenemos nuestra primera noche sin dormir, nuestro primer amanecer juntas, nuestra primera película, nuestra primera discusión y hasta nuestro primer TE QUIERO. Y queda un sinfín de "primeras cosas" o "primeras situaciones" por hacer o vivir, y yo quiero compartirlas contigo... me encantaría.

Para mí, es indiferente que sea 14 de Febrero, 23 de Abril, 5 de Septiembre o 31 de Diciembre. Para mí, lo verdaderamente importante, es que un día nuestros caminos se cruzaron sin ser conscientes y que desde entonces estás ahí.