lunes, 25 de enero de 2010

LA PAELLA

Con el transcurso de los días, fui asimilando que estaba en Alicante, compartiendo y disfrutando del tiempo con mis amigos, y de mi Alicante…
Llegó el día en el que Lumi me invitó a su casa a comer paella -uno de mis platos preferidos, que podría estar comiendo repetidas veces a la semana durante el resto de mi vida- y como no podía ser de otra manera, acepté.
Me gusta la variedad en el plato, pero el festival de satisfacción que siento comiendo paella, y más aún con el aliciente de que sea en Alicante (haciendo posteriormente tertúlia con mi gente), aún no sé describirla. Me sabe siempre riquísima, y eso que cada persona le da su punto… estoy planteándome ser catadora profesional de paella jajajaj. Al día siguiente, y sin tener Pepa conocimiento del menú del día anterior, volvió a hacer paella… y yo estuve callada como una puta, y disfruté todo un fin de semana comiendo paella jajajajaj (¡soy lo peor!).

Ahí no quedó la cosa: a los siete días, como era costumbre los domingos, volví a comer paella con Pepa, y al día siguiente, fui a comer con Bea y ¡Bingo!: Paella, de nuevo. Lo que está claro es que esto me deja ver que soy demasiado evidente y que en Alicante me tratan como en ningún lado. ¡Cómo no voy a querer a mi gente que me mima tanto y a esa tierra de lujo que me encanta!... me tenéis en el bote.