domingo, 18 de julio de 2010

Yo

A pesar de ser un 1% de ineficacia de una pastilla anticonceptiva, estoy agradecida por haber llegado a ver "el mundo exterior". Hago referencia a que pese a todos los impedimentos que surgieron para llegar a "existir", logré nacer. Supongo que cuando era tan sólo un espermatozoide, ese era mi más ansiado logro; ser un bebé. Y, observando las escasas probabilidades de gestación de otro método anticonceptivo, me alegro que mis progenitores optaran por la pastillita, ya que si hubiesen utilizado un preservativo, la ilusión por ser "yo" probablemente se hubiese visto frustrada ante la presencia del plástico -a menos de que éste se hubiese roto, claro está- y siendo así, seguramente no hubiese tenido la suerte de llegar la primera, nacer, crecer, y posteriormente y ya siendo persona, aprender y conocer a gente que me ha ayudado, poblando mis días de felicidad, a acceder a mi realización como persona.


A lo largo de la vida se halla temor, fracaso, decepción, desengaño, maldad... pero también muchísimas cosas buenas y valores que captar, descubrir, apreciar, y disfrutar. Y para mí eso es precisamente la vida; encontrar lo necesario para vivir (felicidad, amistad, amor...) entre las cosas que desconcertantemente nos sirven de estímulo de superación, porque todo es tan fácil y tan difícil como queramos hacerlo, ya que todo -ilusiones y desilusiones- se bebe en la misma copa, y de nosotros depende la forma que posteriormente adopta.
Y sé con amplia seguridad, es más, estoy convencida que cuando mi cuerpo repose frío e inerte, habré concretado y transformado mi más sincera sospecha en una certeza: que la vida, después y a pesar de todo, sí merece la pena y el esfuerzo.



*Esto lo escribí hace doce años, y hoy lo comparto con quien lo lea