"Un día vi un anuncio de un tipo que jugó al negro y salió el rojo, que lo había perdido todo pero que era feliz porque tenía un coche... y me pareció una auténtica mierda.
Ahora entiendo ese anuncio, y sé que la felicidad está tejida con girones de ilusión, y que la ilusión la fabrica uno mismo con las fuerzas que le queden después de haberlo perdido todo... y no hay nadie como un niño para poner en pie ese sueño, que es el más difícil del mundo.
Uno espera siempre lo mejor del porvenir, cada Navidad brinda porque tiene la esperanza de que, de alguna manera, todo empiece de nuevo. Y este año mi carta a Papa Noel tiene más sueños que nunca, porque por mucho que sea el peso del pasado, la única forma de sentirse vivo es tirar para adelante con uñas y dientes, inventarse nuevos sueños... y así va a ser; El mundo va a tener que ponerse más hijo de puta si quiere verme claudicar".
Ahora entiendo ese anuncio, y sé que la felicidad está tejida con girones de ilusión, y que la ilusión la fabrica uno mismo con las fuerzas que le queden después de haberlo perdido todo... y no hay nadie como un niño para poner en pie ese sueño, que es el más difícil del mundo.
Uno espera siempre lo mejor del porvenir, cada Navidad brinda porque tiene la esperanza de que, de alguna manera, todo empiece de nuevo. Y este año mi carta a Papa Noel tiene más sueños que nunca, porque por mucho que sea el peso del pasado, la única forma de sentirse vivo es tirar para adelante con uñas y dientes, inventarse nuevos sueños... y así va a ser; El mundo va a tener que ponerse más hijo de puta si quiere verme claudicar".